
Este es el momento indicado para despejar todas las dudas referente a qué es y qué no es accesibilidad digital. Para ello, lo primero que debemos tomar en cuenta es que la accesibilidad digital no es una tendencia pasajera ni un simple requisito técnico, sino un derecho fundamental que garantiza la igualdad de acceso a la información y a los servicios en línea.
Por esta razón, cada vez se trabaja más en normativas que promueven a través de sus exigencias una web sin barreras, donde todos podamos acceder e interactuar libremente con el contenido, servicios y productos que existen en Internet.
Con la llegada del Acta Europea de Accesibilidad (European Accessibility Act – EAA), la normativa en torno a la accesibilidad digital se refuerza y amplía su alcance, aumentando su exigencia y obligatoriedad en el sector privado. A partir del 28 de junio de 2025, todas las empresas que ofrezcan productos y servicios digitales deberán cumplir con requisitos de accesibilidad específicos.
Además, cabe recordar que en España, el Real Decreto 1112/2018 ya exige que los sitios web y aplicaciones móviles de la Administración Pública sean accesibles, garantizando que toda la ciudadanía pueda acceder a la información sin barreras.
Sin embargo, aún persisten muchos mitos y malentendidos sobre lo que realmente implica la accesibilidad digital. En este artículo, aclaramos qué es y qué no es la accesibilidad digital, su impacto, por qué es un factor clave para la inclusión y la innovación, además de explicarte por qué su cumplimiento es una inversión estratégica y no una carga.
Para aclarar qué no es accesibilidad digital y qué sí es, vamos a desmentir los mitos más comunes que existen a la hora de entender la accesibilidad en la web. A continuación los 5 mitos más recurrentes:
Este es uno de los mitos más comunes. Si bien la accesibilidad digital es fundamental para personas con discapacidad, también beneficia a un público mucho más amplio.
Personas mayores, usuarios con dificultades temporales (como una lesión en la mano) o personas en situaciones específicas (como navegar en entornos con ruido o con baja conectividad) o aquellas con pocas destrezas digitales, también se ven favorecidas por un diseño accesible.
Aunque el diseño es una parte fundamental, la accesibilidad digital implica mucho más. Es un enfoque integral que abarca desde la estructura del código hasta la redacción de contenidos comprensibles, la navegación intuitiva y la compatibilidad con tecnologías de apoyo como lectores de pantalla.
Las herramientas automáticas pueden detectar algunos errores, pero no sustituyen una evaluación humana. De hecho, solo validan hasta un 20% de los criterios de accesibilidad.
Para garantizar que una web sea realmente accesible, se requiere la intervención de expertos y la realización de pruebas con usuarios reales, incluyendo personas con discapacidad.
Integrar accesibilidad desde el inicio de un proyecto digital, es decir, durante su fase de desarrollo, reduce significativamente los costos y evita retrabajos innecesarios.
También existen soluciones económicas, accesibles y de fácil implementación para aquellas páginas web y plataformas digitales ya en funcionamiento que no consideraron la accesibilidad durante su desarrollo, las cuales corrigen errores de accesibilidad en tiempo real sin necesidad de modificar el código original del sitio.
Además, los beneficios son múltiples: mejora la experiencia de usuario, amplía el público objetivo, refuerza la reputación corporativa y ayuda al posicionamiento SEO.
Si bien el Real Decreto 1112/2018 impone obligaciones a los organismos públicos, la European Accessibility Act (EAA) amplía este marco normativo al sector privado.
A partir de 2025, sectores del ámbito privado como el comercio electrónico, la banca, el transporte, los libros electrónicos y los contenidos multimedia deberán cumplir con los requisitos de accesibilidad digital.
Las empresas que no adapten sus activos digitales podrían enfrentarse a sanciones y perder competitividad en el mercado.
De la misma forma que multitud de instituciones de la Administración Pública ya aplican el SIA® (Servicio Integral de Accesibilidad digital) para cumplir con el Real Decreto 1112/2018; ahora las empresas privadas tienen fecha a tope para eliminar las barreras de sus activos digitales cumpliendo con la European Accessibility Act (EAA).
Para ayudarte en este proceso, hemos desarrollado una guía completa con todo lo que necesitas saber para asegurar el cumplimiento antes de la fecha límite: 28 de junio de 2025.
La accesibilidad digital es una inversión en inclusión, equidad y competitividad. ¿Estás preparado para dar el paso?