¿Te imaginas que te prohíban entrar en una tienda en función de cómo vas vestido?
¿Sería lógico para ti no poder acceder a un servicio público cualquiera por no disponer del ordenador o navegador homologado por el servicio en cuestión?
Y si vas a vender productos o servicios: ¿te plantearías de entrada dejar fuera a grupos concretos de potenciales consumidores de esos servicios?
Las respuestas son obvias a poco que nos estemos planteando el NEGOCIO que, en definitiva, es el que mueve nuestra sociedad actual. NO. No nos podemos permitir el lujo de despreciar mercados y, lo que es más: no nos podemos permitir el lujo de perder, por viralización o “boca a boca” a más potenciales clientes que, por afinidad con los excluidos, nos pueden también abandonar.
La accesibilidad y la usabilidad son ya derechos reconocidos en muchos países pero más allá de los derechos, las personas tienen demandas ligadas muchas veces a sus condiciones físicas y no tenerlas en cuenta nos reduce el target sensiblemente.
Es una realidad que deberíamos entender y poner en práctica, como ya ocurre en el Reino Unido.
Allí, Mark Harper, el Ministro de asuntos relacionados con la Discapacidad ha declarado recientemente que muchos negocios pueden ver reducido su potencial por no atender las demandas de las personas con discapacidad.
El Departamento de Trabajo y Pensiones (DWP) del Reino Unido resalta a su vez que “comprar es la actividad que las personas con discapacidad encuentran más difícil por falta de accesibilidad”, luego reseñan la asistencia a salas de cine, el teatro y los conciertos, así como los pubs y restaurantes.
El mismo DWP reconoce que los hogares en los que viven personas con discapacidad tienen unas rentas de 212.000 millones de libras, lo que no es poco, naturalmente.
Y es que, como afirma el propio Harper, “los propietarios de negocios tienen que tomar conciencia de que si excluyen a la gente con discapacidad en el Reino Unido, están despreciando un mercado de 12 millones de personas y a muchos de sus familiares y amigos. Una población equivalente a la suma de las de las ciudades de Londres, Birmingham, Leeds, Sheffield, Cardiff y Manchester”. Y añade que: “No hablamos de una cuestión solamente de bienestar o caridad; estamos hablando de negocio potencial”.
El Accessible Britain Challenge, agrupa a 200 empresas de las más grandes de U.K., y asume el reto de hacer una sociedad más accesible donde las personas se encuentren mejor, tengan más posibilidades y, por ello generen más riqueza y negocio.
Esperamos que estas iniciativas puedan hacerse extensibles a toda Europa. Los beneficios serán mutuos: no solo para las personas con discapacidad sino para toda la sociedad puesto que estas personas, participando gracias a la accesibilidad en las actividades económicas, supondrán indudablemente un importante aporte a nuestro desarrollo futuro.
INTERNET, la web, la INTERNET de las cosas, que debe estar orientada necesariamente a las personas, a TODAS las personas, es parte importante de la tecnología usada en nuestra sociedad de la información y el conocimiento. Por ello, una INTERNET más accesible, en paralelo con lo expuesto en este artículo, favorecerá mucho la integración de todas las personas en una sociedad más rica y próspera.
Se puede encontrar más información sobre esta iniciativa británica en este artículo.